sábado, 30 de julio de 2016

EL SEGUNDO TRAJE


El segundo traje



Cierta vez un hombre visitó a su consejero y le relató su problema.

- Soy un sastre. Con los años gané una excelente reputación por mi experiencia y alta calidad de mi trabajo. Todos los nobles de los alrededores me encargan sus trajes y los vestidos de sus esposas. Hace unos meses, recibí el encargo más importante de mi vida. El príncipe en persona escuchó de mí y me solicitó que le cosiera un ropaje con la seda más fina que es posible conseguir en el país. Puse los mejores materiales e hice mi mejor esfuerzo. Quería demostrar mi arte, y que este trabajo me abriera las puertas a una vida de éxito y opulencia. Pero cuando le presenté la prenda terminada, comenzó a gritar e insultarme:

- ¿Esto es lo mejor que puedes hacer? ¡Es una atrocidad! ¿Quién te enseñó a coser?

Me ordenó que me retirara y arrojó el traje tras de mí. ¡Estoy arruinado! Todo mi capital estaba invertido en esa vestimenta, y peor aún, mi reputación ha sido totalmente destruida. ¡Nadie volverá a encargarme una prenda luego de esto! ¡No entiendo qué sucedió, fue el mejor trabajo que hice en años!

- Vuelve a tu negocio -dijo el sabio- descose cada una de las puntadas de la prenda y cóselas exactamente como lo habías hecho antes. Luego llévala al príncipe.

- ¡Pero obtendré el mismo atuendo que tengo ahora! -protestó el sastre- Además mi estado de ánimo no es el de siempre.

- Haz lo que te indico, y Dios te ayudar" -dijo el hombre.

Dos semanas después, el sastre retornó.
- ¡Usted ha salvado mi vida! Cuando le presenté nuevamente el ropaje, el rostro del noble se iluminó: ¡Hermoso!, exclamó. ¡Este es el más hermoso y delicado traje que haya visto! Me pagó generosamente y prometió entregarme más trabajo y recomendarme a sus amigos. Pero, deseo saber ¿cuál era la diferencia entre la primer prenda y la segunda?

- El primer traje –explicó- fue cosido con arrogancia y orgullo. El resultado fue una vestimenta espiritualmente repulsiva que, aunque técnicamente perfecta, carecía de gracia y belleza. Sin embargo, la segunda costura fue hecha con humildad y el corazón quebrado, transmitiendo una belleza esencial que provocaba admiración en cada uno que la veía.

Ahora una pregunta al que lee: ¿Y tú cómo haces tu trabajo profesional, familiar, personal, etc.? ¿Con arrogancia y orgullo, o con humildad en el corazón?

MILAGROS QUE PARECEN LEYENDAS


Milagros que parecen leyendas
Los milagros del pobrecillo de Asís hacen que la iglesia católica, a finales de la época medieval, vuelva a recuperar la credibilidad 


Por: Rubén Gil | Fuente: elcampesino.co 




Los milagros del pobrecillo de Asís hacen que la iglesia católica, a finales de la época medieval, vuelva a recuperar la credibilidad que tenía en los primeros siglos. San Francisco fue un joven que creció en una familia acomodada y que poco a poco se fue entregando a los placeres del mundo. Quiso recibir honores y ganar reconocimiento haciendo parte de los soldados de Asís. Pero en alguna de las guerras cayó prisionero, y el tiempo que estuvo en cautiverio le ayudó a reconocer lo que Dios quería para su vida. Fue así como Francisco empezó una vida de cristianismo radical, haciéndose pobre para el servicio de los pobres, tanto así que dos años después de su muerte fue declarado santo por la iglesia católica. San Francisco es uno de los santos insignes de la iglesia; sus milagros tanto en vida como después de su muerte son de inmensa cuantía. En los milagros de San Francisco sucede algo muy curioso, y es que parece que fuesen sacados de un libro de cuentos imaginarios. A continuación algunos milagros en vida: “san Francisco lavó la piel de un hombre con lepra. También rezó para que el demonio que lo atormentaba se alejara y dejara libre su alma. Entonces la piel del leproso comenzó a sanar, y su alma también. Cuando el hombre se dio cuenta de que estaba sanando, se arrepintió de sus pecados y comenzó a llorar. El hombre se curó completamente, en cuerpo y alma y se reconcilió con Dios.”

“Tres ladrones robaron comida y bebida del monasterio de san Francisco. Entonces san Francisco comenzó a rezar por ellos y envió a uno de los monjes a disculparse por haberlos tratado mal. Los ladrones se conmovieron tanto que se unieron a la orden franciscana y pasaron el resto de sus vidas sirviendo a los demás”.

Y están también los milagros después de su muerte, entre ellos encontramos: “una mujer, particularmente devota de San Francisco, murió en la ciudad de Montemarano. En la vigilia fúnebre se reunieron muchas personas para rezar, improvisadamente el cadáver se levanta y solicita al sacerdote que estaba allí, el poder confesar. Terminada la confesión, le confía al sacerdote: “Estaba a la espera de ser condenada a una dura pena, pero San Francisco, ha pedido y obtenido para mí, la gracia de volver a la vida, para arrepentirme y confesar todas mis culpas”. Después la mujer se encomendó al Señor.”

“En Castello di Cori, situado en la diócesis de Ostia, un hombre estaba desesperado porque tenía un tumor en la pierna. Apeló al pobrecillo de Asís para obtener socorro y no quedó desilusionado. Le aparece Francisco en compañía de otro fraile y con un bastón le tocó la parte enferma de la pierna. Súbito, y de forma increíble, recuperó el uso del miembro, de manera tan perfecta que podía caminar libremente. En recuerdo del prodigio, quedó impresa, en la parte tocada por San Francisco, el símbolo del Tau.”

Estos y muchos otros milagros aparecen en los escritos de san Buenaventura y de otros frailes franciscanos que dan testimonio de la maravillosa vida de santidad del inolvidable poverello de Asís.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, JULIO 30


LOS CINCO  MINUTOS DE DIOS
Julio 30


Lleno de significado el relato de aquella señora: fue al Hospital de Niños llevando golosinas y juguetes; iba pasando de una cama a otra, depositando en las manos de los enfermitos su obsequio; pero una niña enferma, de rostro tristón, no quiso recibir nada.

Al preguntarle por qué no quería recibir ni juguetes ni golosinas, respondió que no era eso lo que ella esperaba. Se le preguntó de nuevo qué esperaba, qué deseaba, y ella replicó:

- Lo que yo espero es a alguien que me dé un beso.
Son muchas las personas que en su interior llevan un niño que fácilmente se despierta y no deja de llorar hasta que le dan lo que necesita.

¿Por qué no te preocupas por descubrir al niño de cada uno y darle un poco de afecto, algo más de bondad, una sonrisa, una compañía al menos de media hora de conversación?

El mundo se muere por falta de afecto, por frío de corazones.
“Cualquier otro mandamiento se resume en éste: Amarás al prójimo como a ti mismo… el amor es la plenitud de la ley” (Rom 13,9-10). “Esta doctrina posee hoy extraordinaria importancia a causa de dos hechos: la creciente interdependencia mutua de los hombres y la unificación, asimismo creciente, del mundo” (GS 24).


* P. Alfonso Milagro

CONSEJOS DE SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO PARA EDUCAR A LOS HIJOS




Consejos de San Alfonso María de Ligorio 
para educar a los hijos
“Los padres pecan si no enseñan a sus hijos las cosas de la Fé y de la salvación”


Fuente: http://www.accionfamilia.org 




No deben imitar a ciertos padres y madres que no cumplen ese deber por el afán de mantener ocupados a sus hijos en otras cosas. La consecuencia es que los desdichados no saben confesarse, no conocen las principales verdades de la Fé, ignoran lo que es la Santísima Trinidad, la Encarnación de Jesucristo, el pecado mortal, el juicio, el infierno, el paraíso la eternidad. Muchas veces esa ignorancia es causa de condenación y sus padres deberán prestar cuentas a Dios por ello.

También es deber de los padres vigilar la conducta de los hijos, conocer los lugares y las personas que frecuentan.

Los padres también pecan si no cuidan que sus hijos reciban los Sacramentos, observen las Fiestas y los otros preceptos de la Iglesia.
Pecan doblemente, si les causan escándalo al proferir delante de sus hijos blasfemias, obscenidades, u otras palabras culposas, o haciendo delante de ellos alguna mala acción.

Los padres están obligados a dar buenos ejemplos a los hijos.

¿Como podrían los jóvenes tener una buena conducta, cuando ven con frecuencia que sus padres blasfeman, maldicen, injurian al prójimo, profieren ofensas, hablan de venganzas, de obscenidades, y repiten ciertas máximas pestíferas como: “No es necesario preocuparse tanto; Dios es misericordioso, Él tolera ciertos pecados”?

Santo Tomás dice que, de alguna manera, tales padres obligan a pecar a sus hijos.

Hay padres que se lamentan de tener malos hijos; Jesucristo dice: ¿Alguna vez crecieron uvas de espinas? ¿Cómo pueden los hijos ser buenos si tienen malos padres? Sería necesario un milagro.

También es verdad que a veces los padres que dan un mal ejemplo no corrigen a sus hijos aún cuando saben que pecan por no corregirlos.

Santo Tomás dice que, en este caso, un padre debe, por lo menos, pedir a su hijo que no siga el mal ejemplo que le da.

Cuando los padres dan mal ejemplo, digo yo por mi cuenta, no puede esperarse ningún fruto ni de las advertencias, ni de las oraciones ni de los castigos.”

San Alfonso María de Ligorio, Oeuvres Complétes – Oeuvres Ascétiques, Casterman Tournai, 1877, 2a. ed., t. XVI, pp. 474-480.

DIOS Y LOS MALES DE CADA DÍA


Dios y los males de cada día
Sentimos en lo más íntimo del alma que un Dios bueno y omnipotente podría evitar crímenes, detener guerras, curar enfermedades...


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 





Dios es bueno y es omnipotente. Así lo enseñaron algunos filósofos. Así lo creemos los católicos. A veces, sin embargo, surgen nubes en el horizonte. Incluso un pensador lanzó, hace ya muchos siglos, sus dudas: ¿cómo puede ser Dios bueno y omnipotente si en el mundo encontramos tantos males?

Si hubiera una respuesta fácil, las dudas desaparecerían. Pero el mal sigue allí, ante nosotros, y la pregunta siembra inquietudes e incluso protestas en no pocos corazones.

Sentimos en lo más íntimo del alma que un Dios bueno y omnipotente podría evitar crímenes, detener guerras, curar enfermedades, aliviar hambres endémicas, conducir los corazones hacia la paz, la concordia, el gozo, la justicia.

Luego, vemos, tocamos o recibimos noticias de cientos de males. Un nuevo conflicto armado. Unas inundaciones que provocan miles de víctimas. Un terremoto que destruye una ciudad. Un conflicto entre esposos que ha destrozado sus vidas y las de sus hijos.

Dios, ¿dónde está? Es la pregunta que lanza el afligido de todos los tiempos, que suplica y pide ayuda mientras espera una respuesta: “Yahveh, escucha mi oración, llegue hasta ti mi grito; no ocultes lejos de mí tu rostro el día de mi angustia; tiende hacia mí tu oído, ¡el día en que te invoco, presto, respóndeme!” (Sal 102,2-3).

La respuesta del Dios bueno, aunque no siempre llegamos a reconocerla, ya fue formulada y está presente en el mundo y la historia. La Encarnación del Hijo, su pasar haciendo el bien, sus milagros y sus enseñanzas, encendieron un fuego en la tierra. El Reino de Dios, desde entonces, ya está presente (cf. Mt 12,28).

Cuando las fuerzas del mal llevaron a Cristo a la muerte en el Calvario, la victoria del bien se hizo visible en el gran día de la Pascua: la tumba no pudo contener a Cristo, porque el Amor es omnipotente.

Esa es la gran respuesta de Dios ante los males de cada día. Desde la fe, que es luz para guiar nuestros pasos (cf. la encíclica “Lumen fidei”), el creyente sabe que Dios está vivo, que acompaña a quienes sufren, que perdona los pecados, y que abre horizontes de esperanza y paz para los corazones.

FELIZ FIN DE SEMANA!!!

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